Ayer tocó salado con el agua de mar… hoy toca dulce con unas trufas de coco que quitan el “sentío”.

Son muy fáciles de hacer… y muy fáciles de comer… Son crudas por lo que no necesitan ningún tipo de cocción.

Si queremos sorprender, no pasaran desapercibidas. Lo mejor de todo es que son muy nutritivas, ricas en omega 3 y sin azúcar refinado.

¿Quién puede rechazar un postre con estas características?

INGREDIENTES

– Semillas de chía (remojadas durante la noche)

– Coco rallado

– Aceite de coco

– Sirope de agave crudo

– Harina de coco

PREPARACIÓN

1.- Ponemos en remojo la chía (cubrimos bien las semillas con agua), en un recipiente opaco que podamos tapar (así conservará mejor sus propiedades antioxidantes), la cantidad dependerá de las trufas que queramos obtener, yo puse unos 100 gr.

2.- Por la mañana, trituramos las semillas con ayuda de un procesador de alimentos o batidora (La textura es similar a la clara de huevo).

3.- En un bol mezclamos las semillas trituradas con el sirope de agave (depende lo dulce que os guste), una cucharada de aceite de coco y el coco rallado (iremos añadiendo hasta obtener la textura adecuada para poder dar forma a la masa)

4.- Hacemos bolitas y las pasamos por la harina y el coco rallado.

5.-  Si queremos que queden crujientes por fuera podemos poner nuestras trufas en la deshidratadora durante unas 2 horas a 43º o en el horno con la puerta entreabierta a 40º.

¡Que disfrutéis del domingo!