Desde mi última visita a Madrid ha pasado ya más de medio año. Y el abanico de oferta veggie es enorme. En este post de hoy os explicaré mis 48 horas «foodeando» por Madrid, las opciones veganas, vegetarianas y los restaurantes omnivoros en los que muy amablemente te ofrecen opciones veggie o se adaptan a ello.

Aclarar que quedan muchos restaurantes veganos y/o vegetarianos sin nombrar, este post no se trata de un ranking ni de mejores ni de peores, simplemente de mi experiencia personal, espero poder ir conociéndolos poco a poco en mis visitas a Madrid, y como no, valorándolos como buena foodie.

La primera parada del día fue el aperitivo… Optamos por un clásico conocido en Madrid en la zona de Malasaña, Bodega de la Ardosa, Calle de Colón, 13. En este lugar tan entrañable, con un siglo y medio de vida, donde parece que el tiempo se ha detenido, sirven unas alcachofas a la parrilla que me dejaron sin palabras… Cuando las introduces en la boca se deshacen, estan espectaculares.

La reserva para comer era en otro restaurante muy esperado y deseado… Fuimos camino del metro de Gran Vía para bajarnos en el mercado de Anton Martin donde llegamos puntuales a nuestra cita en Botanique, Mercado Antón Martín, Calle de Santa Isabel, 5. En mi último viaje a Madrid no tuve la oportunidad de visitarlo y las ganas de conocerlo eran muy grandes.

Se trata de un restaurante de autor 100% vegetariano ubicado en la segunda planta del mercado de Anton Martin donde curiosamente dieron nueva vida a una antigua charcutería y dignificaron el lugar evitando vender y consumir más animales. Es un lugar pequeño pero muy coqueto, decorado con mucho gusto.  La mayoría de los productos que ofrecen son ecológicos, disponen de un menú diario (9 €) y en su carta podemos encontrar un alto porcentaje de platos crudiveganos, hechos con mucho respeto al producto y mucho amor.

Quiero agradecer desde aquí a  Nacho Sánchez, chef de Botanique, por lo bien que nos hizo sentir con su trato,  y lo bien que nos cuidó. Un placer poder degustar tus creaciones Nacho.

Probamos una crema de cebolla deliciosa,  una lasaña Green Garden Raw y como no, las hamburguesitas vivas de Kijimuna´s Kitchen, de postre una riquísima Panna Cotta.

Por la tarde, me llevaron a ver la puesta de sol desde una terraza encantadora en pleno paseo de la Castellana, Terraza Cibeles, Plaza Cibeles, 1, situado en el palacio Cibeles, donde actualmente se encuentra ubicado el Ayuntamiento de Madrid. Las vistas son de lo mejor, con una puesta de sol preciosa. Para acceder hay que pasar un control de seguridad y ya arriba, antes de entrar, hay que pagar 6 € por persona (que se descuentan luego de lo que consumas). Lugar actual con la música un poco elevada y con sofás y carpas calefactadas con estufas elèctricas.

La cena fue en un restaurante no vegano pero su propietario, Wiwi, nos atiende a las mil maravillas siempre que lo visitamos. El lugar en cuestión es El Enfriador, Paseo de la Castellana,89 , es el tercer local que inaugura y que abre en plena Castellana, con el mismo formato que cuando empezó hace 10 años. Lugar de conservas, tostas de calidad y buenos vinos. Sabedor de nuestra visita nos adaptó algunos de sus platos. Tomamos corazones de alcachofa con cebolla roja, tirabeques a la plancha, tomate pata negra con una vinagreta exquisita, tosta de guacamole, entre otras delicias.

De nuevo, agradecer a Wiwi por adaptar sus platos a nuestro gusto. Siempre es un placer visitar El Enfriador.

Al día siguiente, nos dejamos llevar por las calles de Malasaña para tomar el desayuno. A veces dejarse llevar puede salir bien o no… pero en esta ocasión fue todo un acierto ya que descubrimos un lugar con una decoración ecléctica y parte de su carta con opción veggie friendly. El local es Ojalá, situado en calle San Andrés 1 esquina con Calle Espíritu Santo. Cuando nos sentamos en una de sus mesas percibimos el amor, dedicación e ilusión con el que está decorado el lugar. Una combinación de muchas ideas y que además casan unas con otras. Tal como lo definen en su web “Un jardín colgante, mesas compartidas, tonos flúor en las maderas, luces de feria y una playa con chiringuito incluido”. Efectivamente cuando la camarera nos dijo que visitaramos la planta inferior nos topamos con una playa artificial, el suelo cubierto de arena y un chill out…  sin palabras. Disponen de una oferta amplia de brunch, zumos naturales y smoothies.

Después de “Malasañear” durante toda la mañana nos dirigimos a otro lugar muy esperado, también ubicado en Malasaña: Crucina, Calle del Divino Pastor, 30. Cocina 100% raw (crudivegana), mi paraíso…

Fue toda una experiencia comer allí…  Crucina es otro nivel de cocina, una experiencia que hasta que no se vive es imposible entender que exista. En este lugar descubrí que foodear y comida crudivegana son conceptos muy amigos. Los artífices de Crucina son el griego Yorgos Ioannidis y la española María de Vera, amigos desde hace muchos años y socios en este emprendimiento.

Tuve el placer de conocer a Yorgos, una persona que transmite su pasión por la cocina viva y disfruta compartiendo sus conocimientos. Gracias Yorgos por tu trato y amabilidad.

Nos iniciamos con Delicias de Italia, un mix de platillos italianos con tomate, ajo negro, queso raw y champiñones. Como principales tomamos unos spaghettis crudos de calabacín con salsa carbonara y sal de Kala Namak y un sabroso gazpacho.  Para finalizar de postre: un increible tiramisú vivo delicioso… ¡Sublime!

Después de un merecido descanso y una infusión a media tarde, tocaba cenar… El elegido esta vez fue un restaurante no vegano, ni vegetariano, pero con una gran disponibilidad a adaptar sus platos. En  La Huerta de Tudela, Calle del Prado 15  se pueden  degustar verduras cocinadas con excelencia (no ecológicas), como dicen en su web «En nuestra casa, la verdura es la reina. Queremos compartir con ustedes nuestra pasión por la verdura, hacerles disfrutar de su sabor… y mucho más». El responsable del restaurante muy amablemente nos explicó todas las opciones (sin gluten, vegano, vegetariano) y nos adaptó el menú a nuestra preferencia. En primer lugar degustamos unas pochas de Tudela espectaculares, acompañadas con unas piparras jóvenes. Seguimos con una degustación de verduras en diferentes cocciones, pimientos cristal, puerritos fritos dos veces y cebolleta confitada al chardonay. Por último una menestra de invierno (con acelgas, alcachofas, brócoli y judias verdes), este plato me decepcionó un poco, no esperaba las verduras en salsa,  pero he de decir que estaba correcto.

Después del intenso día por Madrid no quedaban ya muchas fuerzas, así que decidimos dar al cuerpo el descanso del foodie.

Domingo, último día… Esta vez tocaba almorzar en un restaurante vegetariano y vegano llamado  Vega, Calle de la Luna 9. Taberna en Malasaña desenfadada con variedad de tapas veganas caseras y con producto ecológico. La atención fue muy cercana, personal  muy simpático, se respiraba súper buen ambiente en aquel lugar.  Eramos 4 personas y lo compartimos todo, tomamos paté de berenjena ahumada,  hummus de remolacha,  almendras con pimentón, croquetas de setas, patatas asadas con salsa Vega y barbacoa, carpaccio de tomate de temporada , aceite de trufa, rúcula y pesto de anacardos.  De postre un cheesefake con frutos rojos y un pastel de chocolate raw.

Bueno, hasta aquí otra de mis experiencias gastronómicas veggies por Madrid, espero que os sea útil.

¡Buen provecho!

Bodega de la Ardosa

Calle de Colón, 13    Tel. 915 214 979

Botanique

Mercado Antón Martín, Calle de Santa Isabel, 5    Tel. 616 11 74 58

Terraza Cibeles

Plaza de Cibeles, 1    Tel. 91 523 14 54 / 639 938 140

El Enfriador

Paseo de la Castellana,89    Tel. 810 52 34 50

Ojalá

Crucina

La huerta de Tudela

Vega